Los Patrones de CUBA siguen probando el agua salada - Volvió el Complice

 

Nuestro Curso de Patrón tiene una visión: todos los años una mejora, un avance. La misión: que los Patrones vayan seguros al mar, ya que es la razón de ser de su habilitación.

 Así es como este año ha encontrado a los Patrones 2009 y 2010 navegando en el agua salada y cada vez más lejos para orgullo de Manuel Torrado, Director del Curso.

 

A mediados de 2010, cuando se registraron marcas térmicas muy bajas a causa del avance de una masa de Aire Polar que todos recordamos, el Ariadna (de Martín Terrero), realizó un Crucero a Punta del Este en el que contó con sus compañeros de Curso Claudio Griess y José Traverso dentro de la tripulación. A su vez, gracias a la gentileza de Diego Tosi (que alguna vez, tambien, pasó por las clases del Curso) los alumnos 2010 fueron invitados a navegar hacia y desde Brasil. A la ida a Ilhabela se embarcó Alvaro Vidueiro y a la vuelta Ezequiel Lanusse (desde Angra dos Reis hasta Buenos Aires), Guillermo Picone (desde Florianopolis hasta Rio Grande do Sul) y Raúl Bozzo (desde Rio Grande do Sul hasta Buenos Aires).

  Además hay otros ex alumnos, más antigüos, del Curso de Patrón (Diego Peres con su Ahimsa, Carlos Vidueiro y Rorberto Portal, entre otros) que han participado del Crucero de la Amistad, que une en etapas a nuestra ciudad con Río de Janeiro.

Para los que leen esta información y no llegan a entender la gran emoción de estas experiencias marinas, va una buena traducción de Sea Fever de John Masefield que, entre otros, inspiró a Vito Dumas para su glorioso viaje:

Debo volver al mar, al solitario mar y al cielo.

Y sólo pido un velero y una estrella para timonear hacia ella,

y el tirón de la rueda y el canto del viento y de las blancas velas al gualdrapear,

y en el rostro del mar una gris neblina, y el alba cerrada que empieza a clarear.

Debo volver al mar, pues el llamado de la mar al pasar,

es un llamado salvaje y claro, un reclamo que no se puede negar.

Y todo lo que pido es el viento soplando, en un día de blancas nubes,

salpicaduras de espuma que vuela y las gaviotas gritando.

Debo volver al mar, a la vida de gitano errante,

al camino de la gaviota y la ballena, dónde el viento es un cuchillo cortante.

Y sólo pido una alegre anécdota, que me cuente un sonriente camarada

y un buen dormir, y un dulce sueño al terminar la jornada

John Masefield (1878-1967) - traducción de Hernan Biasotti

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